Mujer rural en Aragón: elementos para la reflexión y la acción

28 FEBRERO 2022

El día 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, este año con el lema “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”.

En la Escuela de Familias en Agroalimentación, nos unimos a la celebración y reivindicamos el importante papel de la mujer en el desarrollo económico y social del medio rural aragonés. Desde la Alianza Agroalimentaria Aragonesa, te invitamos a conocer más…

Mujer rural en Aragón: elementos para la reflexión y la acción.

Aragón es una región predominantemente rural, donde sin duda el trabajo de la mujer ha sido un factor clave para el desarrollo económico y social del entorno rural. La contribución de la mujer al mismo se ha materializado tanto a través de un trabajo consolidado en las explotaciones agrarias, mediante su incorporación en las actividades industriales, comerciales y, especialmente de servicios, como a través de su actividad en el entorno familiar y del hogar. Este trabajo, base de la economía de cuidados, a menudo no remunerado e incluso no visibilizado pone de manifiesto, en determinadas ocasiones, las carencias en determinados servicios e infraestructuras, generando una carga socioemocional y laboral de la mujer, a la vez que limita sus posibilidades de progreso laboral.

El fuerte carácter rural en Aragón se muestra en que la gran mayoría de sus municipios cuenta con una densidad de población inferior a los 100 habitantes/km2, (son excepción cuatro municipios en la provincia de Huesca, y 16 municipios de la provincia de Zaragoza). De acuerdo con los datos facilitados por el instituto Nacional de Estadística, en las últimas dos décadas, el medio rural aragonés, y en concreto los municipios de hasta 2.000 habitantes, han perdido paulatinamente población. Estas tendencias negativas para la población contrastan con el incremento de población experimentado por el área urbana, y se constatan con más fuerza todavía entre las mujeres. Es decir, el medio rural perdió población femenina a un mayor ritmo que la pérdida de población masculina.

Un estudio más detallado de los datos muestra que la mujer se incorporó a la zona urbana a un ritmo algo menor al masculino en la época más expansiva y hasta 2010, pero, sin embargo,  siguió creciendo su incorporación a la vida urbana por encima de la media en el periodo 2010-2020, cuando la tasa masculina decrecía anualmente.

Por tanto, puede decirse que en Aragón existe una clara brecha de género poblacional en las áreas rurales que se ha agravado en el tiempo. Estos datos dan una primera indicación de las menores oportunidades para la mujer para permanecer en el medio rural.

Adicionalmente, se observa que la población femenina está más envejecida para todas las comarcas que la masculina, aspecto que se explica también por una mayor esperanza de vida y una menor permanencia en el territorio para las mujeres, en los tramos centrales de edad, correspondientes a la etapa laboral. Descendiendo al ámbito comarcal, hemos visto que las comarcas de Campo de Daroca y Campo de Belchite son las más envejecidas, mientras que las comarcas con mayor porcentaje de mujeres jóvenes son en Valdejalón y la comarca Central, en ambas el porcentaje de mujeres mayores de 65 años es más reducido y tiene un alto porcentaje de mujeres menores de 34 años.

En definitiva, el medio rural aragonés tiene una mayor brecha poblacional de género que en el medio urbano, y un mayor envejecimiento poblacional, revelando la existencia de dificultades para la fijación de población en edad de trabajar, aspecto que incide de forma importante en las mujeres.

La actividad laboral con mayor presencia de mujeres está en el sector de servicios, siendo mayor en las comarcas más más urbanas; Central, Hoya de Huesca y Comunidad de Teruel, así como en la comarca pirenaica de La Jacetania.

En cuanto a la actividad primaria de agricultura y ganadería, los mayores porcentajes de mujeres están en las comarcas de Los Monegros, Maestrazgo y Matarraña. Sin embargo, la alta presencia de hombres en actividades del sector primario en las comarcas de Bajo Aragón-Caspe o Los  Monegros nos indica la importancia de esta actividad en la zona, contando también con una elevada presencia relativa de mujeres en dicha actividad.

Si nos preguntamos por la existencia de brecha de género en el empleo en el medio rural, podemos decir que dicha brecha existe, y es mayor en el medio rural que en el medio urbano. Dicha brecha difiere por sectores de actividad, siendo muy superior a la media en el sector agrario e industrial, y se hace negativa en el sector de servicios, mostrando la feminización de este sector. La mayor concentración de mujeres en determinadas actividades en el sector servicios, con salarios relativamente inferiores a la media, así como las brechas ocupacionales observadas en los distintos sectores, influyen también en la persistencia de una brecha salarial.

¿Qué factores condicionan a las mujeres a un mayor o menor arraigo al medio rural?

Los resultados que vamos a comentar a continuación son parte del trabajo que las tres autoras hemos realizado para la Unidad de Igualdad del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón en cuya web se puede encontrar el documento completo. El objetivo del trabajo es integrar distintos aspectos socioeconómicos, territoriales y de arraigo en el territorio, estudiando las percepciones y valoraciones de las mujeres rurales desde una perspectiva de género. La investigación aporta una caracterización de la mujer en el medio rural aragonés, no estudiados de manera integrada en estudios previos sobre mujer rural.

El trabajo se ha realizado en base a un cuestionario a las mujeres aragonesas del medio rural que ha sido respondido por 563 mujeres de las 33 comarcas aragonesas. Este trabajo está disponible en la página web: https://www.aragon.es/-/estudios-situacion-mujeres-rurales-aragon

 Un primer resultado interesante es que, a pesar de los condicionantes y brechas observadas, un porcentaje muy elevado de mujeres, más del 75% de las participantes en el estudio, declara que vivirían en el mismo municipio ya que tienen todo lo que necesitan, mientras que un 9,4% preferiría vivir en un pueblo rural más grande y un 5,9% en una ciudad. En concreto, los resultados revelan que las participantes que viven en municipios de menos habitantes valoran mejor su municipio que las que viven en municipios con mayor número de habitantes. En particular, son las que viven en municipios entre 2.000 y 5.000 habitantes las que más prefieren vivir en el mismo en un futuro.

Entre aquellas que prefieren vivir en un municipio más grande, los principales motivos que señalan para ello son la posibilidad de contar con mayor actividad asociativa y cultural (21,53%), la posibilidad de tener más oportunidades laborales (21,17%) y la posibilidad de contar con mejores servicios sanitarios y asistenciales (20,44%). En definitiva, los aspectos laborales, pero también los asistenciales y culturales se revelan como elementos centrales de fijación de las mujeres en el territorio rural.

¿Qué desean las mujeres rurales para el futuro de sus hijos e hijas?

La movilidad social en el medio rural puede analizarse a través del deseo de las mujeres rurales sobre el lugar de residencia de sus hijos e hijas en el futuro. Los resultados muestran que existe una preferencia dominante para que los hijos vivan en un pueblo pequeño, tanto para el caso de sus hijas (31,3%) como de sus hijos (38,6%). Pero, sin embargo, destaca cierta disparidad en la preferencia a que sus hijas e hijos vivan en una ciudad, deseando un 14,1% de las mujeres que sus hijas vivan en una ciudad, y un 6,8% que los hijos.

Entre las participantes que mostraban diferente criterio para hijos e hijas, se observa una mayor preferencia a que los hijos permanezcan en un pueblo pequeño, y una preferencia superior, en términos relativos, a que las hijas vivan en el futuro en un pueblo grande o en la ciudad (en este último caso el porcentaje observado para las hijas duplica al de los hijos).

Esta diferencia por género es coherente con la literatura en relación a la movilidad social en el medio rural, donde destaca una mayor preferencia por la permanencia de los hijos en el medio rural, frente a las hijas, debido en gran medida a las diferentes oportunidades en el mercado laboral.

Las mujeres rurales aragonesas presentan un elevado grado de identificación con el territorio, del que valoran sus recursos naturales, económicos y socioculturales. Se observa, frente a lo que ocurría en el pasado, que las mujeres muestran una disposición para permanecer en el territorio, es decir, un elevado nivel de arraigo a medio y largo plazo. No obstante, las mujeres identifican importantes dificultades para permanecer en el medio rural, principalmente relacionadas con la carencia de determinados servicios y, en gran medida, por la diferencia de oportunidades laborales en relación a la ciudad. Así, las mujeres consideran en muchas ocasiones que se ven obligadas a emprender si quieren quedarse a vivir en el medio rural. Además, los pueblos pequeños son también la opción preferida por las mujeres para que vivan sus hijas e hijos en el futuro.

¿Y qué ocurre con el trabajo no remunerado (trabajo doméstico y cuidados)?

Finalmente, en el medio rural aragonés se constata, al igual que ocurre en el medio urbano, una clara desigualdad de género en el tiempo dedicado al trabajo doméstico en el medio rural. En concreto, el estudio de las respuestas ofrecidas por las mujeres a la distribución de usos del tiempo muestra que ellas realizan un mayor número de horas que sus parejas en todas las actividades de trabajo doméstico. De esta forma, el tiempo dedicado al trabajo no remunerado a través de actividades como cocinar, limpiar la casa, el cuidado de la ropa y la compra, se presenta como muy desigual entre las mujeres rurales y sus parejas. Recae también sobre ellas una parte muy sustancial del tiempo dedicado a los cuidados.

En definitiva, el trabajo refleja el importante papel de la mujer en el desarrollo económico y social del medio rural aragonés, su apuesta por la permanencia en el territorio, así como los  importantes retos a afrontar para avanzar en la igualdad real

Dra. Rosa Duarte; Dra. María Luisa Feijóo; Dra. Cristina Sarasa.

Departamento de Análisis Económico-Facultad de Economía y Empresa, Universidad de Zaragoza – Grupo de investigación Crecimiento, Demanda y Recursos naturales, CREDENAT, e Instituto Agroalimentario de Aragón- IA2.