Ganadería extensiva y sostenibilidad

7 julio 2022

En la Escuela de Familias en Agroalimentación abordamos los diferentes sistemas de producción ganadera. En esta ocasión, tratamos la ganadería extensiva y su vinculación con la sostenibilidad.

Ganadería extensiva y sostenibilidad

Si vamos a hablar de ganadería y sostenibilidad es imprescindible pensar en los múltiples sistemas de producción ganadera y formas de criar animales que coexisten hoy en día, así como en las diferentes características que definen la sostenibilidad. En los últimos años, los términos ganadería intensiva y ganadería extensiva se han popularizado mucho y se emplean comúnmente para hablar de los modelos de producción de ganado como si todo fuese blanco o negro. Sin embargo, que una granja esté más o menos intensificada está determinado por multitud de factores y en muchos casos encontramos distintos niveles de intensificación dentro de un mismo sistema ganadero.

Imagen 2. Raza limusina en Francia (Región de Limusin). (Foto de Alicia Benhamou)

Uno de los aspectos clave para determinar el nivel de intensificación de una granja es el origen y cantidad de los recursos/insumos que utiliza para funcionar, principalmente los alimentos, la energía o los abonos. De forma general, cuanto mayor es la utilización de insumos externos a la propia granja o al medio natural que la rodea, más intensiva es la ganadería. A lo largo de este artículo, cuando hablamos de intensificación, lo hacemos desde la perspectiva del origen y la cantidad de insumos.

Así pues, las granjas más intensificadas hacen mayor uso de insumos externos como piensos, maquinaria y combustibles fósiles. Esto permite que se puedan conseguir altos niveles de producción y un bajo precio del producto. Sin embargo, dado que estos sistemas dependen mucho de los mercados internacionales, su funcionamiento y su rentabilidad está muy influenciada por las variaciones de los precios (ej. el incremento del precio de los piensos por encarecimiento del precio de la energía). Además, tienen impacto sobre los ecosistemas naturales, generando problemas de contaminación de suelos y aguas por el vertido de residuos (principalmente compuestos de nitrógeno y fósforo) y emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Los sistemas ganaderos más extensivos aprovechan de forma eficiente los recursos naturales del territorio, ajustando la dinámica de la ganadería a su disponibilidad espacial y temporal. La alta vinculación con el medio que les rodea da lugar a una gran diversidad de sistemas de producción adaptados a las particularidades de cada lugar. No obstante, los sistemas ganaderos extensivos requieren mucho espacio y que el número de animales por unidad de superficie no sobrepase ciertos límites para poder hacer un uso sostenible de los recursos y no sobreexplotar los ecosistemas en los que se asientan. Así, la ganadería extensiva bien gestionada genera servicios sociales y ambientales como el mantenimiento de los paisajes, la prevención de incendios forestales, la conservación de la biodiversidad o el mantenimiento de las poblaciones rurales.

En las últimas décadas, las dinámicas económicas, políticas y sociales han favorecido el aumento del número de ganaderías intensivas con elevado número de animales y desligadas del territorio donde se asientan. Por eso, aunque el número de explotaciones ganaderas no ha dejado de descender en España, el número de animales continúa aumentando (salvo los pequeños rumiantes), como muestra claramente el último censo oficial de explotaciones agrícolas que acaba de ser publicado. El resultado de esta evolución es que en la actualidad la mayoría de los productos de origen animal (ej. carne de cerdo, pollo y productos lácteos) provienen de sistemas altamente intensificados. Este proceso de intensificación se ha acompañado de una disminución de las ganaderías extensivas, comúnmente ligadas a granjas familiares con pocos animales, con niveles de producción más modestos y con mayores necesidades de mano de obra, pero arraigadas en su territorio.

 

Imagen 3. Raza alpagota en Italia (Región de Alpago). (Foto de Enrique Muñoz)

Cada vez hay más gente concienciada con las consecuencias que producen nuestras acciones sobre el medio ambiente, teniendo en cuenta el impacto que pueden generar nuestros patrones de consumo y el funcionamiento de la cadena agroalimentaria. Sin embargo, el consumidor medio asocia los impactos medioambientales de la ganadería intensiva (ej. contaminación del agua, cambio climático y pérdida de biodiversidad), a la ganadería en su conjunto, porque no es capaz de discernir entre los distintos sistemas ganaderos. Surge así la gran pregunta: ¿qué es lo que podemos hacer para que nuestro consumo de productos de origen animal sea respetuoso con el medio ambiente? En la mayoría de las ocasiones la clave está en elegir qué productos metemos en nuestras neveras, no solo pensando en el producto en sí, sino en el sistema ganadero en el que se ha producido. Los productos de origen animal generados en sistemas extensivos representan la alternativa más sostenible.

Teniendo en cuenta el valor añadido de los productos de la ganadería extensiva por los beneficios que genera, además de los patrones individuales de consumo es importante el apoyo institucional mediante políticas adecuadas. Algunos ejemplos son el etiquetado que diferencia los productos para que el consumidor los identifique con facilidad, o los pagos a través de la Política Agraria Común (PAC) a las ganaderías que produzcan servicios de los ecosistemas demandados por la sociedad.


Fotografía de portada: Imagen 1. Raza berrenda en colorado en la sierra de Albarracín (Torres de Albarracín). (Foto de Alicia Benhamou)

Autores

Enrique Muñoz Ulecia – Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), Zaragoza, España. Instituto Agroalimentario de Aragón – IA2 (CITA-Universidad de Zaragoza), Zaragoza, España.

Alicia Benhamou Prat – Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), Zaragoza, España. Instituto Agroalimentario de Aragón – IA2 (CITA-Universidad de Zaragoza), Zaragoza, España.

Daniel Martín Collado – Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), Zaragoza, España. Instituto Agroalimentario de Aragón – IA2 (CITA-Universidad de Zaragoza), Zaragoza, España.

Alberto Bernués Jal – Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), Zaragoza, España. Instituto Agroalimentario de Aragón – IA2 (CITA-Universidad de Zaragoza), Zaragoza, España.