Alimentos Km. 0: ¿naranjas en agosto y uvas en abril?
4 MAYO 2021
¿Has oído hablar de los “Alimentos km.0”?. ¿Conoces las ventajas de consumir alimentos de temporada?. Te lo contamos en el siguiente artículo de la Escuela de Familias:
Alimentos Km. 0: ¿naranjas en agosto y uvas en abril?
La mayor concienciación medioambiental de la ciudadanía se refleja en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Las personas, como consumidores, tenemos en nuestras manos el poder de decidir qué, dónde y cómo compramos. Esta realidad sumada a la creciente preocupación por el bienestar y la salud han traído como consecuencia otros modelos de consumo en alimentación.
Frente al modelo globalizado de alimentación “fast food”, comida rápida elaborada por grandes franquicias, el italiano Carlo Petrini impulsó en 1986 el movimiento “Slow Food” con el objetivo de defender las tradiciones regionales, la buena alimentación, el placer gastronómico, así como un ritmo de vida lento. Una corriente que tiene además entre sus objetivos llamar la atención sobre la estrecha relación entre nuestra alimentación y sus efectos en el planeta. Surge así el interés por los alimentos Km 0 para hacer frente a una globalización que también nos permite encontrar en el supermercado o en la frutería de nuestro barrio productos que han viajado miles de kilómetros desde su lugar de cultivo (kiwis de Nueva Zelanda, nueces de California o uvas de Chile).
¿Qué son los alimentos km 0?
Partiendo de la base de que no existe una definición concreta de “Alimentos Km. 0”, podemos acotar el concepto indicando que son aquellos alimentos que se comercializan cerca de su punto de producción. Por tanto, la cercanía entre el lugar de cultivo y el lugar de consumo final es la principal característica de estas producciones, estableciéndose en 100 kilómetros el radio máximo según algunas definiciones.
En consecuencia y por extensión, otra característica es que estos alimentos deben ser de temporada y responsables con el medio ambiente en cuanto a producción y transporte, pero esto no implica que tengan que tener la certificación de Agricultura Ecológica. Es decir, pueden ser alimentos ecológicos o no.
Para regular estas producciones, el Gobierno de Aragón aprobó hace poco la Ley de Venta Local que ofrece confianza y garantía de origen a los consumidores.
¿Cuáles son los beneficios de consumir alimentos Km 0?
▪Para el medio ambiente:
Se reduce la contaminación y se apoya la sostenibilidad. Al tratarse de un circuito corto de comercialización se evita el fuerte impacto que conlleva el transporte de materias primas desde cientos o miles de kilómetros de distancia y que genera una importante cantidad de gases de efecto invernadero debido al combustible utilizado por los camiones, aviones o barcos.
Por otra parte, se fomenta el cultivo de variedades y razas locales y tradicionales, favoreciendo la biodiversidad de cada zona y evitando la tendencia al monocultivo que pone en peligro la soberanía alimentaria de los pueblos.
▪ Para el desarrollo local:
Consumiendo productos locales y de proximidad se beneficia al entorno más cercano, ya que se genera empleo, algo especialmente importante para fijar población en nuestras zonas rurales, cada vez más despobladas.
▪ Economía justa:
Al comprar alimentos de cercanía se evitan las posibles prácticas abusivas de los intermediarios y se fomenta una economía más justa. Además, este tipo de canales permiten establecer relaciones directas y estables entre las personas productoras y las consumidoras, mejorando la transparencia y la confianza entre ambas partes.
¿Dónde se pueden comprar productos de proximidad?
A través de la venta directa o de los canales cortos de distribución (modelo de comercialización donde solo existe un único intermediario, como máximo, entre productor y consumidor). Estos canales adoptan múltiples formas, aquí van algunos tipos:
– Mercados de productores/as: son espacios públicos donde adquirir productos directamente a dos o más personas productoras, en puestos desmontables y organizados colectivamente. Un claro ejemplo son los Mercados Agroecológicos de Zaragoza (todos los sábados en la Plaza del Pilar) y de Huesca (todos los jueves en la plaza de Concepción Arenal) con producto ecológico. Y también el Mercado Local y Agroecológico Norte de Teruel, que se celebra el tercer jueves de cada mes en Andorra.
A parte de estos mercados marcadamente ecológicos, también está la iniciativa “Pon Aragón en tu mesa” en la que cada sábado se dan cita productores de los pueblos de Aragón en el Mercado Agroalimentario de Parque Venecia (Zaragoza). Y los productores de la Asociación de Hortelanos que venden sus verduras cada domingo en el rastro de Zaragoza.
– Venta directa en explotación: hay muchos agricultores y agricultoras que venden productos frescos o transformados en sus explotaciones. Es una manera estupenda de conocer el trabajo y el día a día de la agricultura o la ganadería.
– Grupos de consumo: un conjunto de consumidores que realizan una compra directa a las personas productoras estableciendo una relación de confianza.
– Envíos a domicilio (venta por internet): un canal en auge, aupado por las redes sociales y la pandemia.
– Tiendas de productores/as: locales de carácter fijo donde la ciudadanía puede adquirir el producto directamente a quien produce o a un agente que actúa como único intermediario.
– Supermercados cooperativos: se trata de cooperativas de consumo que gestionan su propio supermercado, eligiendo qué consumen, a quién se lo compran, la procedencia y las condiciones de producción. En Zaragoza está “A Vecinal” en el Barrio Jesús.
– Y cada vez más en muchas tiendas locales (fruterías y/o verdulerías) apuestan por este tipo de alimentos, comprando directamente a las agricultoras y agricultores para vender sin más intermediarios al consumidor final.
El contexto social y económico actual nos debe hacer reflexionar y replantearnos qué modelo de consumo queremos seguir como sociedad. Conocer lo que comemos, quién lo produce y cómo lo produce es, desde luego, una necesidad creciente y los productos de proximidad y los canales cortos permiten establecer relaciones de confianza que favorecen tanto al medio rural como al medio urbano, tanto a la ciudadanía en general como al sector agrario, tanto al medio ambiente como a nuestra economía.
En definitiva, se trata de consumir y cocinar, en la medida de lo posible, productos locales, de temporada, que estén vinculados al territorio, sin perder de vista los procesos ecológicos y el respeto a la naturaleza. Por tanto, aquello que cantaba Danza Invisible a finales de los ’80, “besarte es como comer naranjas en agosto y uvas en abril”, no es nada sostenible.
Ángeles Alonso
Responsable Comunicación de Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón, UAGA-COAG