Un mundo, una salud

30 noviembre 2020

Un mundo, una salud

El pasado 3 de noviembre se celebró el Día Internacional “One Health”, una campaña mundial que pretende llamar la atención sobre la necesidad de abordar de manera conjunta las amenazas a la salud que compartimos humanos, animales y medio ambiente.

Este año, esta celebración cobra especial importancia por la situación de emergencia sanitaria mundial que estamos viviendo. Y si algo estamos aprendiendo es que es fundamental detectar y prevenir en origen la aparición y el control de las amenazas, para poder anticiparnos y evitar futuras pandemias y otros problemas de salud pública global.

Diversos factores como la globalización, el cambio climático, la hiperpoblación de los núcleos urbanos, la degradación de los ecosistemas o el incremento de la movilidad humana y animal, están configurando nuevos escenarios y provocando alteraciones en los hábitats naturales, lo que favorece la dispersión de agentes patógenos con los que antes no estábamos en contacto, o su evolución hacia nuevas formas.

Solo tenemos un mundo y una única salud: la de todo el planeta. Y es que humanos, animales y medio ambiente estamos inevitablemente unidos, tanto en la salud como en la enfermedad

¿Qué es One Health?

El concepto One Health o Una sola salud comenzó a utilizarse a principios del presente siglo, resumiendo en pocas palabras que la salud humana y la sanidad animal son interdependientes y están vinculadas a los ecosistemas en los cuales coexisten. A partir del 2008 la OMS (Organización Mundial de la Salud), la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) y la OIE (Organización Mundial de la Sanidad Animal), adoptaron formalmente este concepto y formalizaron un acuerdo para trabajar estrechamente y desarrollar acciones y estrategias comunes con el fin afrontar los nuevos desafíos en salud a nivel global.

Sin embargo, este concepto no es tan nuevo, y a lo largo de la historia numerosas aportaciones han reflejado esta interconexión. Ya en el siglo V A.C., Hipócrates, considerado por muchos como el padre de la medicina, en uno de sus Tratados hipocráticos, Sobre los aires, aguas y lugares, estableció que la salud humana puede verse afectada por el ambiente y las aguas contaminadas. Aproximadamente un siglo más tarde, Aristóteles, en sus tratados Historia animalium, introdujo el concepto de medicina comparativa a través de su estudio de las características comunes entre las diferentes especies, incluyendo las personas y otros mamíferos, y la posibilidad de aprender de las enfermedades humanas a partir de las de los animales. Siguiendo este recorrido histórico hasta nuestros días, cabe destacar las aportaciones del médico y patólogo alemán Rudolf Virchow, que en el siglo XIX fue el primero en utilizar el término zoonosis, como consecuencia de sus estudios sobre la relación del cerdo con la enfermedad de la triquinosis.

¿Cómo se aplica este enfoque One Health?

El concepto One Health precisa de un trabajo colaborativo y coordinado entre todos los profesionales de diversas especialidades involucrados en la salud humana, la salud animal, la salud vegetal y el medio ambiente, para responder de manera conjunta a las amenazas que nos son comunes.

Aplicar este enfoque ya se hace imprescindible en diversas áreas de la Salud Pública: Entre otras, la inocuidad de los alimentos, el control de zoonosis o la lucha contra la resistencia a los antibióticos.

Precisamente, el pasado 18 de noviembre también se ha celebrado el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, cuyo objetivo es concienciar sobre los riesgos asociados al uso indebido de los antibióticos y realizar un llamamiento al consumo responsable, tanto en salud humana como en sanidad animal. Esto es fundamental para prevenir la aparición y el desarrollo de resistencia a los antimicrobianos, un fenómeno que ya representa un importante problema de salud pública global, y según estima la ONU, en el año 2050 ya causará 10 millones de muertes anuales, si no se toman las medidas necesarias para evitarlo.

Zoonosis

Mención especial merecen también las enfermedades conocidas como zoonosis (del griego zoon, animal y nosos, enfermedad). La OMS las define como enfermedades infecciosas que han pasado de un animal a humanos. Los agentes que las producen pueden ser bacterias, virus, parásitos o agentes no convencionales, y propagarse a los seres humanos por diversas vías:

▪ A través de los alimentos o el agua.

▪ Por vectores: organismos vivos que transmiten el agente infeccioso de un animal infectado a un ser humano, como, garrapatas, pulgas, determinados mosquitos, etc.

▪ Por el contacto directo con animales silvestres, ganado o mascotas.

▪ Indirectamente, por fómites (objetos inertes que pueden vehicular el agente infeccioso de un animal a una persona) o contaminación ambiental.

 

¿Sabías que…?

Fuente: OIE

 

Estas enfermedades representan un problema de gran impacto para la salud pública en todo el mundo, debido a nuestra estrecha relación con los animales tanto en el medio agrícola, en nuestra vida cotidiana (animales de compañía), nuestro entorno natural y nuestra fuente de alimentación. Además, también generan importantes problemas asociados como impactos en la producción y el comercio de productos de origen animal destinados a la alimentación y otros usos.

¿Sabías que…..

Son muchas las zoonosis que están, o han estado hasta no hace tanto entre nosotros. Estas son algunas de las más habituales en nuestro entorno:

● Zoonosis de origen alimentario, asociadas al consumo de alimentos de origen animal:

◦ Producidas por bacterias como la Salmonelosis, Campylobacteriosis, Listeriosis, etc.

◦ Producidas por parásistos como Triquinosis, Anisakiosis, Toxoplasmosis, etc.

● Zoonosis no alimentarias:

◦ Por contacto con el animal: Rabia, Hidatidosis (quiste hidatídico), Psitacosis.

◦ Transmitidas a través de vectores, Leishmaniosis, transmitida por la picadura de mosquitos Flebotomos, o Enfermedad de Lyme, transmitida por la picadura de garrapatas.

Fuente: MAPA

Nuestras autoridades competentes en materia de sanidad y salud pública llevan a cabo en todas las fases de la cadena alimentaria programas de control y protección contra zoonosis, así como la existencia de sistemas de alerta y vigilancia sanitaria, con la finalidad de minimizar los riesgos e impedir que se conviertan en una amenaza para la salud pública. Además, formación y buenas prácticas por parte de todos los profesionales relacionados con la cadena alimentaria contribuyen a conseguirlo.

 

Sin embargo, también está en nuestra mano el evitar las zoonosis. A continuación, os ofrecemos una serie de recomendaciones muy básicas a tener en cuenta:

> En relación con nuestras mascotas: las posibilidades de que nuestras mascotas nos contagien una enfermedad zoonótica son escasas, siempre y cuando se sigan una serie de normas básicas y de sentido común:

▪ Respetar y seguir rigurosamente las pautas de vacunación y desparasitación (interna y externa) conforme lo indicado por tu veterinario.

▪ Visitas veterinarias regulares, para vigilar su salud. Atención inmediata, ante síntomas de enfermedad.

▪ Seguir buenas prácticas higiénico sanitarias: lavado de manos tras el contacto, no tocar directamente excrementos de los animales y extremar la higiene de las manos tras la eliminación de los excrementos y limpieza de sus enseres.

▪ No permitir el acceso de las mascotas a zonas exclusivas de uso infantil y otras zonas reservadas de uso público.

▪ No alimentarles con carne y vísceras crudas, así como vegetales sin lavar.

▪ Evitar que las mascotas tengan contacto con animales de granja, animales salvajes o callejeros. Así mismo, por nuestra parte, no mantener contacto con animales desconocidos.

▪ No permitirles que accedan a lugares donde se preparan o manipulan alimentos.

▪ Evitar pasear por zonas con hierbas altas.

> En relación con los alimentos: las medidas de higiene y las buenas prácticas de manipulación en el hogar son fundamentales para prevenir enfermedades transmitidas por los alimentos.

 La OMS establece estas cinco claves para la inocuidad de los alimentos:

1. Mantener la limpieza.

2. Separar los alimentos crudos de los cocinados.

3. Cocinar completamente los alimentos.

4. Conservar los alimentos a temperatura segura.

5. Utilizar agua y alimentos seguros.

En publicaciones anteriores de la Escuela de Familias, hemos tratado como preservar la seguridad de los alimentos en el hogar. Os invitamos a que volváis a leer Menús de Navidad en casa y Buenas prácticas de Higiene y manipulación en nuestra cocina, para ampliar la información.